lunes, 22 de diciembre de 2014

UVIGO BASKET 53 - BASKET HOUND 47

        Retomamos las crónicas después de un obligado parón, ya que no estuve en el partido contra SM Color. Por lo visto, dominamos la primera parte, sobre todo en la pintura, y nos metieron una buena pana en la segunda. Se nota que faltaba la mascota del equipo...
En fin, en el partido contra Basket Hound, con la buena noticia de que era el primer partido de la temporada para David, empezamos bien, muy concentrados en defensa y con buenos ataques, llegamos a ponernos 17-6. Me las prometía muy felices, pensando que por fin iba a poder estrenarme este año en el pabellón de Bembrive. Pero, ¡ay!, piden tiempo muerto, ajustan la defensa y empiezan a moverla mejor en ataque, meten dos o tres triples por medio del base y de su alero de gafas y acabamos la primera parte 19-16, ganando. Mi gozo en un pozo.
En la segunda parte comenzamos todavía más espesos y a base de triples y de buenas canastas se pusieron ocho arriba, y entonces vino lo peor. Ernesto intentó saltar a taponar una entrada de su alero de gafas, y no sé como fué la jugada exactamente, si este le cayó encima del pie o si el apoyó mal al caer. En un principio no parecía que pasara nada y fué a pedir disculpas, pero después de eso enseguida se tiró al suelo, entre gestos de dolor. Lo sacamos a la banda, siguió con los gestos de dolor y ya no volvió al campo, como es obvio. Mínimo va a tener que estar un mes con escayola, luego rehabilitación. :(.
El resto seguimos jugando, Basket Hound seguía por delante. Se subió la intensidad en defensa y nos pusimos a tres, pero volvieron a estar acertados en ataque, rebotes ofensivos, una canasta, un triple y otra vez a ocho. Tiempo muerto, cabreo monumental de Óscar, volvemos al partido , un par de buenos ataques, canastas de Álex, de Guime, y empatamos con triple de David. Partido nuevo, buena defensa y vamos logrando canastas, nos ponemos uno por delante y vamos encadenando buenas acciones, sobre todo de Álex, que aunque falla tres tiros libres acaba metiendo un par de ellos decisivos. En fin, al final acabamos ganado el partido sufriendo como perracos. Lo peor, por supuesto, lo de Ernesto...